¿Qué es?, ¿qué se puede hacer con la tampografía? En este post te lo explicamos…
A lo largo de este blog hemos detallado varias técnicas de impresión, sus diferentes usos, las mejores prácticas y otros aspectos importantes para plasmar tus ideas con la mejor fidelidad. En esta oportunidad, te contamos sobre otro versátil sistema de impresión: la tampografía, una buena técnica para moldear el diseño en casi todo tipo de superficie. De hecho, la tampografía está presente en muchas de las cosas cotidianas que usamos; las letras impresas en el teclado de los computadores, libretas, llaveros de plástico y, cualquier tipo de regalo corporativo, son solo algunos objetos que pueden ser estampados bajo esta técnica. Continúa leyendo para conocer cómo la tampografía logra imprimir sobre toda clase de objetos tridimensionales.
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¿Qué es la tampografía?
La tampografía, es un sistema de marcado indirecto mediante la transferencia de tinta usando un tampón de silicona o caucho. Es ideal para imprimir en piezas con deformaciones (formas curvas o rugosas), con bastante definición.
El método de la tampografía consiste en:
Poner tinta en el clisé (hueco grabado hecho en una chapa de acero), el cual es barrido por la racla, (fleje de acero muy fino) dejando solamente tinta dentro del relieve o del huecograbado. El tampón, que generalmente está fabricado con silicona, desciende sobre el clisé recogiendo la tinta que quedó en el huecograbado, para después aplicarla sobre el objeto a estampar. Esta técnica puede imprimir con precisión y delicadeza pequeños caracteres, trazos finos, entre otras técnicas. Incluso, en diferentes movimientos de impresión de colores. Además, lograr imprimir fotocromía – la impresión de una fotografía a color -, como se muestra en el siguiente video.
Fuente: Canal YouTube Jesus Ttito
¿De dónde viene la tampografía?
En Suiza, los maestros relojeros, usaban la tampografía para imprimir artesanalmente las esferas de los relojes. Por ello, se les ocurrió automatizar este proceso a través una máquina que, mediante una palanca accionada de forma manual, inundaba el cliché, el operario lo barría con la cuchilla, apretaba el tampón, que por estos días era fabricado con gelatina sobre la superficie y, finalmente, trasladaba la imagen sobre la esfera del reloj.
Conclusión
Sin duda, la tampografía además de ser económica, es supremamente útil para estampar sobre objetos pequeños, sin importar sus dimensiones. Su técnica hace que la impresión sea altamente fiel al diseño; la tinta, además es duradera con el tiempo, sin que esto implique largas jornadas de secado. Sin embargo, en materiales como el metal, no es tan duradera a menos que se realice en el proceso un tratamiento de serigrafía final especial.
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